UN PAS DE VIVOS, ESTPIDOS E INTELIGENTES

Por Horacio Alberto Krell*
"La juventud pasa, la inmadurez se supera, la ignorancia se cura con la educacin y la embriaguez con sobriedad, pero la estupidez dura para siempre" (Aristfanes)
El adjetivo idiota se usa como insulto y lleg al espaol a travs del latn y en griego significaba ?de uno mismo, privado, particular, personal?. Hay otros sustantivos derivados como idiosincrasia (rasgos, distintivos y propios de un individuo o de una colectividad)).
De este significado bsico se deriv que era quien se dedicaba nicamente a lo suyo, a lo privado, y no a la vida pblica, lo comn. Se esperaba que un ciudadano participara en poltica, quien no lo haca era el idiota que se ocupaba solo de lo suyo y no de lo pblico.
La diferencia entre la malicia y la estupidez. Mientras que el mal es un enemigo del bien contra el cual se puede protestar y hacer algo para combatirlo, frente al estpido estamos indefensos porque lo que se le diga o se le haga caer en saco roto o en odos sordos. El grave problema para un pas es que si hay muchos son los que definen el resultado de las elecciones.
Cuando se le presentan al estpido hechos objetivos los rechaza como falsos o intrascendentes. Esa persona est siempre satisfecha de s misma y le resulta sencillo lanzarse al ataque.
Es peligroso actuar sobre ella sin comprender su verdadera naturaleza: su falla no es intelectual sino moral. Su mente funciona pero se convirti en estpido. No es un problema congnito.
Yo soy yo y mis circunstancias. Los estpidos eran antes personas normales que bajaron la guardia y dejaron que eso suceda. Esto no les sucede tanto a las personas que actan por s solas o por su cuenta sino a las que operan en grupos o redes sociales. Es decir que es un problema ms sociolgico que psicolgico, un problema asimilable a la sociedad de masas.
El poder enferma y el poder absoluto enferma absolutamente. El poder de uno precisa de la estupidez del otro. El poder en ascenso de un lder va minando la capacidad interior y la independencia de los sujetos, que van perdiendo su autonoma. Se van haciendo testarudos y sin independencia de criterio. Si alguien intenta hablarles y analizarlos ver que no trata con personas sino con consignas y reglas que internalizaron y repiten sin pensar en lo que dicen.
Estn como hechizados, abusados y maltratados por alguien que se ha apoderado de su ser. Convertidos en herramientas sern capaces de perpetrar maldades inclusive contra s mismos, sin advertir sus efectos. No basta con instruirlos porque no aceptan la informacin contrastante.
Slo liberarlos del hechizo puede salvarlos. La liberacin interna es precedida por la externa. Antes no se puede hacer nada. La accin no brota del pensamiento sino de la responsabilidad. La prueba de la responsabilidad moral es el mundo que legaremos a nuestros hijos.
Un acto de liberacin, no de instruccin, puede vencer la estupidez. Aqu debemos aceptar que debemos abandonar todo intento de convencer al estpido. Nuestra intencin de saber qu piensan es en vano, porque no estn pensando ni actuando responsablemente. La liberacin interna para vivir la vida responsable es el nico camino genuino para vencer la estupidez.
Las ideas sobre la estupidez tambin ofrecen un consuelo: nos prohben considerar a la mayora de las personas como estpidas en todas las circunstancias. Depende de que si los que estn en el poder esperan ms de la estupidez de la gente que de su independencia interior y sabidura.
Los grandes males se cometen ignorando que lo son, se consuman con tranquilidad de conciencia y suelen recibir el aplauso de la opinin pblica. En cualquier pgina del libro de la Historia, vemos que los pueblos sufren no por los ataques de los malhechores, sino por los que destrozan el cuerpo social con tranquilidad de conciencia y beneplcito de la comunidad. Tambin irrita la ausencia de reaccin de las iglesias ante problemas de ndole universal:
La Iglesia fue muda, cuando deba haber gritado. Reconoce haber sido testigo del abuso de la violencia brutal, del sufrimiento fsico y psquico de un sinfn de inocentes, de la opresin, el odio y el homicidio, sin haber alzado su voz por ellos, sin haber encontrado los medios para ir en su ayuda. Es culpable de las vidas de los hermanos ms dbiles e indefensos.?
La mscara del mal ha trastornado los conceptos ticos. Que que el mal aparezca bajo el aspecto de la accin benfica, de la necesidad histrica, de la justicia social, es perturbador.
Los problemas ms acuciantes del gnero humano tras el surgimiento de las grandes ideologas y sus ascensos al poder, desembocaron en las guerras pasadas, actuales y futuras.
El fracaso del hombre sensato. Es el que pretende componer al mundo con la razn. Tambin fracas el ?fantico tico? enredado en lo accesorio en su lucha contra el mal. El ?hombre de conciencia? acaba contentndose, con una conciencia tranquila (engaada). El ?hombre libre? da ms valor al acto necesario que a su conciencia; pero acaba aceptando lo malo para evitar lo peor. Otros se refugian en la inaccin practicando la ?virtud individual?. El ?coraje cvico? en tiempos difciles es tan importante como el xito, imposible de considerar solo desde la tica. Ante una derrota inevitable la responsabilidad no es el herosmo, sino la generacin venidera.
La estupidez no es un defecto intelectual sino moral puesto en relacin con situaciones de poder. Todo fuerte desarrollo externo del poder, trata a gran parte de la humanidad como necios.
La insolencia, el desdn de todas las distancias humanas, es su caracterstica, al igual que la inseguridad interna, el compadreo y coqueteo por obtener el favor del insolente y la propia identificacin con la chusma. Este es el camino para convertirse en estpido.
La cualidad es la enemiga de la masificacin. En el aspecto social, esto significa la renuncia a la caza de la posicin, la ruptura con el culto de la personalidad, la mirada libre hacia arriba y hacia abajo. En lo cultural, la cualidad significa el retorno al libro; de la prisa, al ocio y al silencio; de la distraccin, a la concentracin; de la sensacin, a la meditacin; del ideal del virtuosismo, del esnobismo, a la modestia; de la desmesura, a la mesura.
Las cantidades se disputan el espacio; las cualidades se complementan mutuamente.
?Si el ?hombre de cultura enciclopdica? desaparece, si la formacin intensiva sustituye a la extensiva, y si de la formacin intensiva surge el ?especialista?, todos seremos slo ?tcnicos?.
Lo ms doloroso es que los problemas lejos de desaparecer, se han ido naturalizando. Nuestra civilizacin no parece dispuesta a aprender de los funestos errores sino que evidencia haberlos asumido como partes ineludibles de un extrao sentido del progreso humano.
En todo ser humano hay grandeza. Ben Carson es el Director del Hospital Johns Hopkins de EE.UU., y el mejor neurocirujano infantil del mundo. La CNN lo reconoci como uno de los veinte mdicos ms destacados. Naci en Detroit. Su madre, Sonya, no tena estudios y cuando Ben tena 8 aos debi tener tres trabajos para poder mantener a sus hijos. Era una familia disfuncional, el caldo de cultivo perfecto para que se convirtieran en pandilleros.
El ms estpido de la clase. Ben Carson era el peor alumno. No saba leer. Era objeto de burlas por sus compaeros y eso lo llev a desarrollar un temperamento agresivo e incontrolable. Al ser una escuela predominantemente blanca, era ignorado por sus maestros. A pesar de todo, su madre constantemente le deca: ?Ben, todos lo pueden hacer, pero nadie mejor que t?.
Menos tele y ms libros. Un da, Sonya qued admirada por la cantidad de libros que haba en su casa. En ese momento entr el profesor dueo de esa casa, y la mujer se atrevi a preguntar: ?Profesor acaso ha ledo todos esos libros??. El hombre contest: ?Casi todos?.
Eso fue suficiente, intuy los pasos a seguir con sus hijos y tom la decisin de condicionarles la televisin. El trato consisti en permitirles ver exclusivamente dos programas a la semana; pero si lean dos libros de la biblioteca pblica y escriban las reseas. Los nios protestaron, pero ella no cedi. Ben empez a disfrutar de los libros y a imaginarse a s mismo como doctor.
De estpido a sobresaliente. En el lapso de un ao y medio, ante la mirada incrdula de sus compaeros y maestros, pas de ser del alumno ?ms tonto del mundo? al ms sobresaliente.
Se gradu con honores. Esto comenz un da cuando un profesor mostr una piedra y pregunt si alguien saba algo sobre ella. El tonto de la clase no se animaba a hablar para ser parte de la mayora. Pero esta vez levant la mano. El profesor le pregunt Qu es? Oxidiana dijo, y habl y habl sobre la roca. El profesor saba que haba grandeza en todo ser humano.
Al poder hablar recuper la confianza. Y pas a ser el mejor alumno de la escuela. Crey en s mismo y lleg a ser el mejor neurocirujano de nios de la historia. Ben separ a dos gemelos con cerebros pegados aplicando nociones cardacas a la neuroanatoma. Ben es un ejemplo.
Nos demuestra que, aquellos que tienen ms recursos muchas veces se quedan en el camino, y esos que menos oportunidades tienen, terminan asombrando a propios y extraos.
Este ejemplo demuestra que todos tenemos un don milagroso que debemos descubrir. Siempre hay espacios de oportunidad si la educacin ayuda a hallar al genio interior que nos habita. Educar es sacar de adentro el potencial que todos traemos al nacer.
En 1994, Ben y su esposa crearon el Fondo de Estudios Carson que mantiene dos programas: Las Becas Carson premian a estudiantes de escasos recursos que manifiesten altos niveles de excelencia acadmica. El segundo es el Proyecto de Lectura que tiene como objetivo incentivar la lectura a travs de la creacin de Salas de Lectura en las escuelas.
Es increble cmo la lectura puede transformar la vida de las personas. A pesar de que vivimos invadidos de pantallas la vida del Dr. Carson nos invita a apagar la televisin, los videojuegos, desconectar Internet y disfrutar de las oportunidades de vida que la lectura nos regala.
Es la educacin, estpido. Un ao antes de la eleccin, Bush tena niveles de aprobacin superiores al 80%. Pero la economa atravesaba una recesin. Bill Clinton gan las elecciones acuando esta frase: ?Es la educacin, estpido?. Frente a los problemas el ser inteligente es dinmico: busca la solucin desde distintos flancos, abandona el que fall y recomienza en otro. El estpido queda atrapado sin buscar la salida, aunque a veces adopte la agitacin convulsiva de una mariposa encandilada o los movimientos desesperados de un animal enjaulado. Las reacciones del estpido son la resignacin o la violencia, dos falsas salidas, dos fracasos.
Ante la gente parecen iguales, porque no responden, pero el inteligente tratar de comprender la situacin, procurar la solucin y actuar en consecuencia, el estpido entrar en un estado de ?estupor?, quieto, inmvil, paralizado, aunque reaccione movindose hacia ningn lado.
Mientras ms complejo sea el problema, ms tardar en resolverlo el hombre inteligente. Y en esa brecha temporal aparece la figura la del vivo. La viveza es la habilidad de manejar los efectos de un problema sin resolverlo. El vivo buscar zafar del problema, no solucionarlo.
Al comienzo el vivo parece inteligente y el inteligente estpido. Vivos y estpidos generan crculos viciosos, el inteligente prioriza sus fortalezas y transforma sus defectos en virtudes que refuerzan su auto estima: su capital ms valioso. Los inteligentes viven los problemas como algo que les pasa y generan cambios para que las cosas sucedan como quieren que ocurran.
Ante los problemas los estpidos se resignan o actan con violencia. Los vivos maniobran con el efecto o intentan culpar a terceros sin resolver la causa. El estpido no hace nada, el vivo elude las consecuencias, el inteligente los estudia. El estpido se paraliza, el vivo manipula y el inteligente resuelve. El inteligente parece estpido ante ciertos problemas que el estpido ni siquiera advierte, mientras tanto el vivo zafa. El estpido se cree moralmente intachable, el inteligente es neutro y el vivo deja la tica al costado. El estpido puede saber, el inteligente sabe que no ir muy lejos sin conocimientos, el vivo lo que sabe es aprovecharse del otro.
La realidad a veces nos deja estpidos. La inteligencia es la que luego nos rescata. El vivo comparte con el estpido la salida equivocada y con el inteligente la movilidad mental.
El vivo piensa en el efecto, el inteligente en su objetivo. El vivo y el estpido van la deriva, el inteligente se conoce s mismo, sabe lo que quiere y domina mtodos con acciones efectivas. El vivo disfraza la realidad con un mensaje oscuro, el estpido no percibe lo que pasa, el inteligente valora la verdad, el esfuerzo y lucha contra quienes prefieren que les mientan.
El vivo cree que puede lograr cualquier cosa, el inteligente sabe que los recursos son escasos y que debe administrarlos con eficiencia. El vivo y el estpido anticipan su prximo fracaso porque no visualizan el futuro, el inteligente lo ilumina con ideas y su deseo de concretarlas.
El vivo y el estpido aceptan su destino perdedor, el inteligente es el artfice de su xito.
Vivos y estpidos se concentran en no perder. El inteligente imagina el triunfo y visualiza las acciones necesarias para lograrlo. Se concentra en ganar. Vivos y estpidos se debilitan con el fracaso al que no aceptan, el inteligente aprende de sus fallas: el obstculo, la adversidad y el error, son sus motores para el cambio. En todos los pases conviven inteligentes, estpidos y vivos en diferentes proporciones. Pero ahora imagine un pas donde por razones genticas o por razones histricas, los vivos y los estpidos estn en mayora.
Qu pas se imagina? Es la educacin, estpido revela como un pas rico en recursos naturales puede convertirse en pobre por la relacin entre el poder y las masas a las que vuelve estpidas.
Cuando los consensos surgen de los resultados. No se acuerdan polticas de Estado, como en el ?Pacto de la Moncloa? y luego se ejecutan. Se implementan polticas y, si salen bien, el votante medio las adopta como propias. La convertibilidad, la apertura y las privatizaciones contaban con poco apoyo. Pero cuando la economa creci pasaron a formar parte del consenso.
Los que enfrentaron a la convertibilidad tuvieron la suerte de que los precios de las exportaciones subieran a su mximo histrico. Las mayoras no siguen la poltica y confunden suerte con pericia. Y el nuevo sistema ha llevado al pas a una situacin de quiebra. La pregunta del milln es si quien gane las elecciones podr educar a los ciudadanos hacia la inteligencia o a convertirlos en vivos o estpidos, que representan la peor cara de la inteligencia.
*Director de Ilvem. Mail de contacto horaciokrell@ilvem.com o +5491154224742.